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miércoles, 14 de octubre de 2009

El pueblo colombiano grita por justicia, memoria y verdad


En Bogotá, desde el 7 al 11 de octubre, se realizó el seminario de “Cooperación ecuménica en Colombia” con la participación del grupo de trabajo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y otras organizaciones de cooperación internacional. Estas fueron algunas de sus principales definiciones:
Perdida de mínimos éticos: este país vive con una desigualdad escandalosa y hay un gran nivel de aceptación de la corrupción. La cultura de la impunidad esta instalada donde le Estado es cómplice y judicializa los defensores de derechos humanos. Hay crimines que se viven con tremenda impunidad, se naturaliza la masacre y la muerte sin causa.
Modelo de Desarrollo: de 4 a 6 millones de hectáreas han sido expropiadas a los campesinos. La tierra cultivable es de 21.5 millones de hectáreas pero solo se utiliza un 20% de la misma. Actualmente cada vez más se están utilizando tierras expropiadas para agro combustibles, especialmente en el monocultivo de palma. Son palmas cultivadas a costo de sangre y fuego, y que son lugares de estratégicos por sus características ecológicas
Criminalización de los movimientos sociales: En la actualidad hay una criminalización de las personas que trabajan en derechos humanos, se quiere vincular todo tipo de militancia de oposición con la guerrilla. Las organizaciones sociales que se vinculan con la ayuda humanitaria son tratadas como subversivas y sediciosas. Se viola la igualdad de participación para otras organizaciones sociales, donde muchas Iglesias protestantes y organizaciones de Derechos humanos no son escuchadas por el gobierno.
Ejemplos de resistencia frente a la violencia institucional: Del Movimiento de cristianos por la paz, una madre nos cuenta el testimonio de su hijo el cual fue muerto por sicarios, por ser un joven al servicio de su comunidad. Hay una matanza sistemática de los jóvenes en “el pozon” por eso su madre levanta la bandera de la lucha por la paz en este país. Lo alternativo y pequeño es peligroso para un sistema que trata de aniquilar lo diverso y no quiere dejar entrever posibilidades. Tanto los grupos afrodescendientes, campesinos, indígenas, mujeres y organizaciones sociales están desarrollando experiencias de resistencias que son condenadas y reprimidas por el gobierno.
Una cosmovisión religiosa que es funcional a la violencia Frente a esta situación se plantean genéricamente tres respuestas eclesiológicas: 1. Aceptar y legitimar el autoritarismo, la mano dura y las bases militares. 2. Una espiritualidad del nihilismo, “vivo mi vida y miro para el otro lado”. 3. Religiones de subcultura evangélical mucha alabanza y poca Biblia o del Dios mamon, donde la teología de la prosperidad es la proclamada.
Pedido a la comunidad internacional y ecuménica: Es posible desde la solidaridad internacional el salvar vidas y salvar procesos. Se puede acompañar eventos, asambleas, como un blindaje internacional. Se hace cada vez más difícil el poder denunciar por parte de las organizaciones colombianas las situación de violación a los derechos humanos. Esto es efectivo porque Colombia es un país que trata de vender una buena imagen internacional, toda acción de las Organizaciones e Iglesias a nivel internacional son efectivas. Es necesario pasar de los diagnósticos y análisis a acciones concretas, por ejemplo se puede llevar estos temas frente a la ONU en la semana de advocacy. Este país lograra un cambio cuando un tercer sector, la sociedad civil organizada que como sujeto político pueda revindicar la paz y construir la alternativa.
Desafíos: los lideres sociales plantean que hay 7.200 encarcelados inocentes que necesitan ser defendidos y que a este gobierno no le valen pruebas, pero si ha sido efectiva la presión internacional de las Iglesias. En todo este largo conflicto hay más de 20 mil desaparecidos y más de 4 millones de desplazados. El pueblo colombiano grita de sus dolores, injusticias y agonías, piden ser escuchados ¿Dios se ha olvidado de Colombia? Los templos y catedrales rebosan de dinero en muros mientras el pueblo muere. ¿Dónde están los profetas de la esperanza? Las más altas jerarquías de la ICR y de varias Mega Iglesias Evangélicas están a favor de la política de militarización y represión del Estado, se pide el recuperar la voz profética del cristianismo más original.Las organizaciones también reclaman que es responsabilidad de las Iglesias el desmitificar “el Dios que enajena” a las personas de su realidad concreta y esta religiosidad se vuelve opio de los pueblos y adormecen al ciudadano. Se pide que se incida sobre la cooperación internacional para que esta no se dirija vía el Estado a la guerra sino hacia las organizaciones sociales que trabajan por la paz.)


N.I.S.(x) Coordinador Continental de Pastoral Juvenil del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI).Editada por la agencia evangélica Prensa Ecumenica (Ecupres),Argentina.
Publicado en http://www.mercosurnoticias.com/

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