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domingo, 3 de octubre de 2010

Enojo y rechazo por experimentos en Guatemala


EE.UU. ofreció ayer disculpas a Guatemala por los experimentos que científicos de aquel país practicaron en guatemaltecos en la década de 1940. En medio del rechazo popular, el Gobierno las aceptó y prometió investigar.
Los experimentos practicados en forma ilegal afectaron a mil 500 personas; las contagiaron de sífilis, gonorrea y chancroide, para comprobar la eficacia de la penicilina.

Después de que trascendiera la información, el presidente estadounidense, Barack Obama, se disculpó por vía telefónica con el mandatario Álvaro Colom, por los hechos ocurridos de 1946 a 1948 —durante el gobierno de Juan José Arévalo (1945-1951)—. Al menos un paciente murió, pero no se aclaró si fue por esos ensayos.

Colom ordenó que se busquen archivos de esos años, para profundizar la investigación que pudiera permitir y sustentar la demanda de una indemnización.

En conferencia de prensa, el gobernante dijo que ambos países integrarán una comisión de investigación, aunque no ofreció detalles al respecto.

Sin embargo, después, en una entrevista con la cadena CNN, Colom afirmó que él mismo participará en las pesquisas.

Macabro hallazgo

Los experimentos en humanos salieron a luz por una investigación de la doctora Susan Reverby, del Wellesley College, quien los descubrió en archivos del doctor John C. Cutler —fallecido en el 2003—, quien lideró el programa de ensayos en Guatemala.

Reverby estudiaba documentos sobre el famoso caso Tuskegee, en el que se observó el desarrollo de la sífilis en 400 afroamericanos de Alabama, a quienes no se les permitió el acceso a tratamientos.

En 1946, Cutler, quien trabajaba en la Oficina Sanitaria Panamericana —precursora de la Organización Panamericana de la Salud—, dirigió “investigaciones” sobre reacciones a medicamentos contra sífilis, gonorrea y chancroide, pero al estilo de una película de ciencia ficción, los sujetos de investigación eran humanos.

Soldados, trabajadoras del sexo, personas con enfermedad mental y reclusos fueron los “conejillos de indias” de los experimentos, que fueron efectuados solo en la Ciudad de Guatemala, con la colaboración de algunos ministerios guatemaltecos.

Cuarteles, prostíbulos, algunas cárceles y el hospital neuropsiquiátrico, ubicado en la zona 1 —conocido en aquel entonces como el manicomio—, fueron los lugares en los que se practicaron las pruebas médicas.

Doce años después de los experimentos, el 14 de julio de 1960, el centro para la atención de enfermos mentales se incendió; murieron más de 200 personas.

Tanto los investigadores del proyecto como sus superiores tenían conocimiento de que los procedimientos aplicados no eran éticos, ya que a las víctimas no se les informó de los métodos, según correspondencia encontrada.

“El financiamiento para esta investigación que dice el informe fue también a través de ministerios del gobierno guatemalteco de la fecha. Estamos preservando estos archivos, para que se pueda investigar hasta donde se pueda llegar”, expresó Colom, quien el jueves último fue informado de la situación por Hillary Clinton, secretaria de Estado de EE. UU.

La disculpa presidencial

“Esta tarde, el presidente Obama habló con el presidente Álvaro Colom, de Guatemala, para expresarle su profundo pesar respecto del estudio realizado por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos en los años de 1940 sobre la inoculación de enfermedades de transmisión sexual y para presentarle una disculpa a todos aquellos que fueron afectados”, comunicó la oficina del Secretario de Prensa de la Casa Blanca.

Después de la comunicación telefónica entre los gobernantes, las autoridades guatemaltecas informaron que la disculpa es aceptada, pero el Gobierno de Guatemala se reserva el derecho de una denuncia “oportuna”.

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